GAIA

La tierra es un sistema estelar muy nuevo. Muy joven, en el sentido que el humano representa una tecnología especial, por primera vez puesta en práctica con varios propósitos que está actualmente en un estado de crecimiento acelerado. De lo micro- a lo macro. El cuerpo físico orgánico lleva esta tecnología avanzada en su ADN. Muchos sistemas estelares donaron su genética para colaborar con la información que está codificada en nuestro sistema. Tanto en nuestra huella energética como en nuestra huella orgánica (ADN). Las almas están pasando por un proceso de hibridación e integración de diversas manifestaciones de consciencia. El propósito de estar aquí es resumir el proceso de expansión, recolección de información en nuestros registros, integración de la diversidad y evolución a una nueva especie que será representante de este sistema Solar.
El alma / consciencia crece en tanto se puede experienciar desde múltiples perspectivas. En este sistema solar han habido muchas civilizaciones que han encarnado cuerpos en varias dimensiones, para perfeccionar el modelo físico que poco a poco ha sido capáz de sostener más y más frecuencias elevadas de alma. Quiero decir, el cuerpo orgánico al evolucionar, es capáz de sostener almas más grandes poseedoras de mayor consciencia. A mayor consciencia, más elevada es la frecuencia y por tanto más elevada es la densidad. Por eso han habido tantas civilizaciones en la tierra, de origen estelar que han experienciado bajar a otras densidades a vivir en la tierra. Han desaparecido y han regresado una y otra vez.

En tiempos remotos, la tierra estuvo en frecuencias diferentes que corresponden a densidades diversas. El planeta tierra es un ser consciente que pasa por su propio proceso de evolución.
En las sesiones de apertura de registros akáshicos estelares he podido ver las múltiples funciones que Gaia ofrece a las almas para su evolución y lo maravilloso que es este ser que reproduce y crea consciencias híbridas dando nuevos resultados. El planeta es un ente creador y aquí se han dado nuevas especies de todo tipo. Ha permitido a almas regenerarse, recuperar información y re-crear consciencia. Permitiéndome entender lo especial que es el alma y como puede transferir información, fractalizarse e incluso perder pedazos de sí misma y luego volverlos a crear. Todo esto es posible gracias a la vivencia de experiencias y perspectivas en el ciclo de encarnaciones aquí pero también en otros sistemas estelares. Así cómo hay almas que se gestan en otros sistemas estelares, aquí también se gestan almas. Esto no quiere decir que no haya contacto con consciencias estelares, no, el alma puede crearse en la tierra y encarnar en otros sistemas estelares posteriormente o paralelamente. Porque el objetivo para crecer la conciencia y ascender de vuelta a la divinidad del todo, es pasar por la mayor cantidad de perspectivas posibles. Con cada ciclo de encarnaciones, se perfecciona el cuerpo físico, su ADN, la información que contiene y el alma adquiere mayor consciencia. Esto dió paso a la corrupción del sistema en donde el trauma se volvió parte de de la consciencia del alma.

Es una de las civilizaciones que intentaron re-crear en la tierra los planetas paraíso perdidos en las guerras estelares. Fundada en principio por Andromedanos y Arcturianos, Lemuria era una ciudad basada en el principio energético femenino. Era noble, verde, llena de agua y naturaleza en donde se permitía la proyección de las emociones a nivel sensible y creador. Era una ciudad en 7ma dimensión por lo que podemos imaginar que la creación era parte de su realidad inmediata.
Esta civilización fue destruída por la Atlántida, por conflictos que surgieron en la corrupción del sistema de consciencia y de la invasión de la oscuridad que si bien, la dualidad siempre ha sido parte de la realidad, el contraste es producto de los conflictos arrastrados desde las guerras de Lyra. No es que se tratara de seres "buenos" y seres "malos" Toda expresión de consciencia debe verse desde el punto de vista del creador, de la fuente, del espíritu, en relación a los seres de naturaleza conquistadora y guerrera como parte esencial de la integración de las almas.

La ciudad de la Atlántida fue creada en base al principio energético masculino. En la misma época que Lemuria. En base era una ciudad Pleyadiana que aceptaba consciencias de sistemas como Alpha Centauri y todas aquellas constelaciones con grupos de cuerpo humano y humanoide. La idea era integrar las habilidades tecnológicas de cada civilización estelar invitada, para crear una ciudad avanzada consciente y socialmente evolucionada. El plan era ser un modelo a seguir por futuras civilizaciones, un modelo espiritual capaz de avanzar tecnológicamente en constante integración de consciencia. Pero justo en la "integración" estuvo la debilidad de esta civilización. El contraste de algunas consciencias estelares permitió la corrupción espiritual del sistema. El ego cobró una importancia gigantesca y finalmente, tras la caída de la Atlántida, hay una responsabilidad muy grande en el humano para hacer esta gran corrección energética que va a dar inicio a la civilización que somos ahora.

Esta ciudad era de consciencia Lyrana en base. Descendientes de Avyon, del primer prototipo humano, de gran estatura, con la piel pálida azul, casi gris. Altamente telepáticos, sensibles y en pensamiento de unificación, son herederos de las enseñanzas de los Aviares azules. Aunque desarrollaron su propia civilización en unidad de consciencia en Vega. La ciudad estaba cerca de la playa, en la zona geográfica que ahora es Nueva Zelanda.