Carl Jung introduce el concepto de sincronicidad, que habla de un momento específico de conexión instantánea de nuestro interior con el exterior reflejando un patrón de significado profundo. Decimos que es un momento significativo donde la materia y el mundo espiritual se interconectan. Jung hablaba del inconsciente colectivo donde se activan símbolos arquetipos que todos conocemos. Así se pueden evocar manifestaciones de sincronicidades, ya que estamos todos conectados en un mundo inmaterial (inconsciente).
Tesla decía que la repetición de ciertos números sostenían la representación de una frecuencia específica, esta repetición capta nuestra atención y nuestra mente nos pide otorgarle un significado. Decía que el universo se comunicaba con nosotros a través de la energía, de la frecuencia y Jung dijo que las sincronicidades son expresiones de la inteligencia cósmica, siendo precisamente ese lenguaje energético por el cual podemos conectar con las posibles realidades.
El evento se convierte en un espejo entre la mente y el universo de manera siempre significativa cuando estamos pasando por un momento de transición, cambio o conmoción emocional. Impulsándonos a interpretar la relación mística que representa el número repetido que nos ha estado apareciendo.
Lo que importa es el estado en el que nos encontramos en el momento que identificamos la sincronicidad, poner atención a este momento para encausar la energía recibida y así entender de qué manera va a funcionar para cada uno de nosotros la energía que se precipitó en cada "portal". No para todos es igual. Cada evento que identificamos sirve para encausar nuestro propio potencial interno y el cambio en nuestro momento presente.
En la biblia el número 11 se considera un número de transición y dualidad. Para la cábala los números corresponden a una sefirot y a una letra, es decir a una frecuencia que va a tener una emanación energética de consciencia determinada. La carta del Tarot XI es la carta de la justicia (en el tarot tradicional de Rider). Simboliza el convenio divino de las almas gemelas entre ellas y a su vez con el universo. La suma del 1 con el 1 nos da el dos que simboliza la división de esa unidad. Por ello corresponde al alma gemela, una sola consciencia que fue dividida en un fractal igual que va funcionar como un espejo, una dualidad encarnada en individuo frente a su igual. El reencuentro con el alma gemela sirve al propósito divino de funcionar como el reflejo del otro. La reunión con el alma gemela es parte del despertar espiritual individual de nuestra divinidad conectado al proceso de la evolución y ascensión.
Por eso el 11 representa las relaciones sagradas también con las almas afines, las del mismo grupo de fractal de consciencia. Relacionado al proceso evolutivo.
El 11 11 simboliza que un nuevo período está por cambiar en nosotros. Hay un nuevo inicio y es como si dos líneas de tiempo nos fueran presentadas por nuestra alma. Las cuáles podemos elegir acorde con nuestra frecuencia sostenida.
En este caso, el número 7 resultado de la suma de todos los dígitos del año, es el número de la transmutación. En el tarot, es la carta del Carruaje cuyas esfinges representadas delante del carro, llevan la dirección y en este caso simbolizan las dos líneas de tiempo, las dos realidades posibles y el cambio de dirección de una a otra. Es la carta que en el zodiaco representa a el signo de Cáncer, energía de agua y de emociones. Se relaciona con las 7 puertas, o vórtices de los chakras. Siete puntos energéticos que se encuentran en nuestra forma etérea.
Los 7 portales que es simbólico de la ascensión de la energía por el chakra raíz, la primera puerta, hasta el Sahasrara, portal número 7, (que equivale a la corona en el árbol de la vida también) de regreso para reunificarnos con la consciencia originaria de la fuente.
Conectando el número 7 con el chakra raíz pues ahí es dónde empieza la ascensión de la consciencia. (la escalera de Jacob que atraviesa 7 reinos antes de alcanzar el cielo)
En mitología Sumeria, la Diosa Innana Ishtar, simbólica del divino femenino, atraviesa en su sacrificio 7 portales del inframundo (que en este caso sería el mundo material).